Dentro de las benzodiacepinas se puede hallar un
grupo de medicamentos que combaten la ansiedad. Comúnmente reconocidos como ansiolíticos,
actúan de manera muy efectiva al aliviar rápidamente los síntomas que se presentan en
los momentos de crisis, debido a que ejercen una acción directa sobre el sistema nervioso
central, su efecto depende de la dosis empleada, además del tiempo que se extienda el
tratamiento. Se han agrupado específicamente por su acción sedante, anticonvulsiva y de
relajación muscular; entre los cuales aparecen:
Clordiazepóxido
Es uno de los medicamentos más comercializados para tratar la ansiedad
aunque su uso inadecuado puede provocar dependencia. No es recomendable tomarlo por un
período largo de tiempo (más de cuatro meses) ni suspender su suministro al organismo de
forma repentina debido a que puede acarrear efectos como el aumento del propio estado de
ansiedad, así como afectaciones en el sueño y la conducta.
Diazepam
Es de gran aceptación popular, recetado por especialistas para el tratamiento de
muchas afecciones y al igual que el Clordiazepóxido puede causar síntomas adversos por
administración inadecuada (depresión, disforia, convulsiones).
Alprazolam
De gran uso en el tratamiento de la agorafobia,
tiene la propiedad de actuar sobre el cerebro reduciendo su excitación. Aunque es
utilizado ante eventos depresivos su consumo debe ser a corto plazo pues posee un efecto
de adicción pudiendo llegar a producir síntomas de tolerancia.
Clonazepam
Tiene un gran impacto sobre el sistema nervioso central produciendo depresión en las
funciones del mismo y sus efectos más significativos pueden llegar luego de algunas
semanas de comenzado el tratamiento. Si su uso fuese descontrolado o si se produjese una
sobreexposición a este medicamento las consecuencias podrían interpretarse como
náuseas, trastornos respiratorios y del sistema cardiovascular, desorientación,
sudoración y temblores.
Lorazepam
Destinado principalmente para controlar el trastorno de
ansiedad. Es importante evitar su consumo durante el embarazo pues podría traerle
complicaciones al feto. Se ha detectado además su transmisión de madre a hijo durante el
período de lactancia materna.
Flurazepam
Se receta fundamentalmente cuando existen casos de alteraciones en el sueño
(Insomnio). A causa de la aparición de hábitos su consumo debe ser breve (no más del
tiempo prescrito por el médico). Algunos de los efectos indeseables pueden ir desde
temblores, problemas intestinales, depresión hasta convulsiones y la reaparición de los
síntomas relacionados con el insomnio.
Clobazam
La genética de cada individuo es el factor determinante al saber qué efecto
producirá este medicamento en el organismo. En muchos casos, previo a su prescripción,
se le realizan estudios al paciente con el objetivo de precisar qué forma de tratamiento
es más conveniente, ajustar las dosis y el tiempo de exposición. Como la mayoría de
esta línea de medicamentos su suspensión repentina trae consigo aceleración del ritmo
cardíaco, problemas gastrointestinales, irritabilidad, ansiedad, dificultades en la
visión, disminución de peso y otros.
Triazolam
Al igual que el flurazepam es utilizado para tratar las afecciones relacionadas con el
sueño, por lo que su administración se realiza en las horas nocturnas, antes de
disponerse a dormir y fuera de los horarios de comidas. Algunas de las reacciones adversas
que puede provocar son problemas estomacales, temblores por todo el cuerpo y tristeza.
Aunque estos son los ansiolíticos
más utilizados, en la actualidad existen muchos otros que reúnen características
similares (forma de administración, efectos secundarios, dosis) a los ya mencionados
(clorazepato, temazepam, quazepam, etcétera) pero es sin dudas, su correcta forma de
empleo en cada paciente lo que comprobará su éxito y contribuirá, si no a la
eliminación de los procesos ansiosos, por lo menos a su desaceleración y alivio
temporal. |