Los modos de como controlar la ansiedad
han sido discutidos y puestos en práctica de variadas formas dependiendo exclusivamente
de la capacidad de cada ser humano para manipular este estado así como de los síntomas de ansiedad que
presente cada cual, la intensidad de los episodios y de manera general el entorno
circundante que actúa como catalizador de los procesos ansiosos en una sociedad cada vez
más agobiante.
En la mayoría de los casos para controlar la ansiedad
no se hace necesario recurrir a fármacos para el control de la ansiedad debido a la
enorme y creciente cantidad de situaciones que demandan gran atención, por el contrario,
pueden ser implementadas estrategias que resultan muy eficaces cuando tiene un lugar un
evento ansioso o cuando se requiere de evitar su aparición.
Una de las acciones que provoca más ansiedad es el constante
desenvolvimiento ante tareas que requieren agilidad, calidad o perspicacia y la
acumulación de estas en horarios restringidos, es por eso que una planificación de las
actividades de forma organizada y escalonada proporciona poder enfrentarlas con mayor
tranquilidad, sin excesivos gastos energéticos y sobre todo sin llegar a tener una carga
emocional estresante. Cuando esto sucede el cerebro no es sometido a un período de
tensión prolongado y por ende no se desencadenan los síntomas que producen los procesos
ansiosos. Sin embargo, no siempre es posible evitarlos, por lo que, ya manifestándose se
hace imprescindible estar conscientes de lo que sucede y una de las acciones que
contribuyen a una mejora indiscutible radica en eliminar los movimientos repetitivos
constantes que se producen como sintomatología principal, uno de ellos es el estar
caminando de un sitio a otro sin propósito alguno, acción que dispara otra serie de
síntomas nefastos y conllevan a una crisis segura.
Lo tareas que se dejan de realizar y quedan pospuestas indefinidamente pero que son de
crucial conclusión también generan estados de ansiedad. Es importante poder enfrentar y
resolver estas situaciones pendientes cuando se presentan, así se erradicará una de las
fuentes de tensión más comunes en los seres humanos. De igual forma es fundamental no
comprometerse a realizar tareas que no proporcionan ningún beneficio, simplemente por
quedar bien ante los demás. Esta carga excesiva más allá de las posibilidades reales
generará seguramente un problema que se manifestará a través de diversos síntomas
ansiosos. Igualmente si se tiende a buscar la perfección en cada pequeña cosa como si de
su conclusión dependiera la vida, si los patrones de actuación no son flexibles ante
nuevas posibilidades y se busca esquematizar las metas diarias o futuras a tal punto que
se vuelva obsesivo, puede presentarse dentro de ese mismo círculo de rigidez el comienzo
de una serie de eventos ansiosos que como consecuencia imposibilitan el desenvolvimiento
de la persona, es así que resulta más beneficioso tener un pensamiento positivo, abierto
ante las nuevas posibilidades, con niveles de actuación proyectados hacia metas reales y
siempre en función de provocar satisfacción y bienestar propio.
Dentro de los horarios de trabajo o responsabilidades generales es conveniente insertar
actividades de distracción general: leer, practicar ejercicios físicos, salir a caminar,
socializar fuera del ambiente rutinario; es en sí la búsqueda de momentos de liberar
tensiones y preparar la mente para futuras contingencias. |