La fobia social se presenta cuando
existe un miedo a enfrentar ciertas situaciones sociales y la persona teme quedar en
ridículo o avergonzarse por cada una de las actuaciones que realiza, produciéndose una
desvalorización permanente, inseguridad, incapacidad para darle solución a problemas.
Aunque la persona es consciente de su exageración no es capaz de poder controlar los
efectos que se producen en su cuerpo lo cual aumenta la paranoia al darse cuenta que los
demás pudieran estar percatándose de lo que ocurre y juzgando su comportamiento. Vista
desde el punto de vista psiquiátrico, el trastorno de ansiedad, como también se le
conoce, puede llegar a inutilizar a quien la padece producto a la acumulación constante
de intensos miedos, afecta las relaciones interpersonales y de trabajo produciendo un
aislamiento social o la apropiación de conductas «escudos» que minimicen los síntomas: caminar con la
cabeza agachada y las manos en los bolsillos, tratar de no opinar cuando se está hablando
en grupo o hacerlo en voz baja así como evitar discusiones aunque no se esté de acuerdo
por temor a cometer errores que provoquen exposiciones innecesarias, evitar todo tipo de
fiestas, comidas familiares o reuniones que impliquen lugares cerrados, tratar de mantener
expresiones faciales que no llamen la atención, usar ropas holgadas y lavar
constantemente las manos y la cara para que nadie pueda ver que se está sudando o
temblando. El refugiarse en el alcohol y las drogas constituye otro de estos supuestos
escudos que desarrolla el individuo cuando se siente totalmente imposibilitado de
manipular cualquier aspecto de su vida que incluya un desenvolvimiento social.
La timidez es considerada una forma de fobia social aunque en su fase más
leve. Es generada por un sentido de inseguridad sobre lo que se dice o se piensa, por el
temor al fracaso o que se vuelva a repetir un suceso desagradable. Quien la padece piensa
que todos los demás son mejores y más competentes, prefiere callar antes que sus ideas
sean cuestionas o por temor a la burla colectiva, sin embargo, espera a que esto pueda ser
superado en algún momento de su vida.
Para combatir la fobia social existen variadas formas:
- La implementación de una terapia cognitivo-conductual llevará al individuo a reconocer
qué causa su problema, qué tipos de situaciones lo afectan y cómo enfrentarlas. Según
el avance del proceso aprenderá lidiar con los pensamientos negativos y a sustituirlos
por otros de naturaleza feliz.
- Las terapias de exposición suelen ser muy efectivas pues centran a la persona justo
delante del problema específico obligándola a encontrar mecanismos de autodefensa y
enfrentamiento.
- La realización de ejercicios físicos, planificación de horarios adecuados para las
comidas y el sueño apoyan en buena medita los tratamientos adyacentes.
- Proponer pequeñas metas que vayan aumentando gradualmente su complejidad logrará
recuperar la autoestima y contribuirá a la pérdida del miedo al enfrentamiento.
- La erradicación del consumo de sustancias estimulantes como el café, el tabaco o las
drogas.
- La administración de medicamentos (antidepresivos, inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina, tricíclicos, inhibidores de la monoamino oxidasa, ansiolíticos y los bloqueadores
beta)
A pesar de que muchas de estas técnicas pueden ser implementadas independientemente de
la ayuda de un profesional, la opinión y participación de uno son la clave y garantía
para un mejoramiento efectivo que produzca calidad de vida, más aún cuando se requiere
la ingestión de medicamentos como tratamiento específico según el grado con el que se
haya presentado el problema. |